jueves, 10 de mayo de 2012


Con la época de calor y el verano a la vuelta de la esquina es importante mantenerse hidratado.  El cuerpo humano contiene alrededor de 55 a 78% de agua dependiendo la edad que tenga.  Parte del agua de nuestro cuerpo es eliminada de forma natural como parte del proceso de depuración de desechos y balance de temperatura corporal por diferentes vías como la respiración, transpiración, evaporación por la piel, por la orina y las heces.

En un día normal nuestro cuerpo elimina 2300ml de agua en 24 horas, en temperaturas altas puede alcanzar hasta 3300ml. Reponer estos líquidos a diario es lo que representa la hidratación.

La forma correcta de hidratarse es tomando líquidos a lo largo del día, los especialistas estiman que en promedio se requiere de 6 a 8 vasos de líquido al día.

La falta de líquidos es lo que se conoce como deshidratación, ya que el cuerpo no puede llevar a cabo sus funciones a nivel óptimos.  Esta puede ocurrir por pérdida de líquido, falta de ingesta o ambas.

La deshidratación por perdida, puede ocurrir  cuando tenemos:

  • Vómitos
  • Diarrea
  • Exceso de pérdidas por orina (poliuria)
  • Sudoración profusa (situaciones de fiebre, por ejemplo)


Mientras que la deshidratación por falta de aporte  ocurre en situaciones como:

  • Náuseas (Sensación que indica la proximidad del vómito y esfuerzos que acompañan a la necesidad de vomitar.)
  • Estomatitis (inflamación de la boca) o faringitis (de la faringe)
  • Enfermedad aguda con pérdida de apetito. Es mucho más importante en niños, enfermos y con fiebre, que rechazan los líquidos.

Las pérdidas de hasta 5 % se consideran leves; hasta el 10 %, moderadas; y hasta el 15 %, severas. La deshidratación severa puede llevar al colapso cardiovascular (o shock) y a la muerte, si no se trata rápidamente.

Los bebés y los niños tienen más probabilidades de deshidratarse que los adultos ya que su peso es menor y sus cuerpos asimilan el agua y los electrolitos con más rapidez. Los ancianos y los enfermos también están en un alto riesgo.

Algunos de los síntomas que presenta una persona deshidratada son:

  • presencia de vómitos, diarrea, poliuria, sudoración…
  • poca ingesta de líquidos
  • ojos hundidos
  • lengua y mucosas de la boca secas o pegajosas
  • fontanelas hundidas en los lactantes
  • "signo del pliegue": a la piel le falta su elasticidad normal y si uno la pellizca, el pliegue resultante no vuelve a su sitio.

El tratamiento dependerá del grado de deshidratación:

Tomar líquidos generalmente es suficiente en casos de una deshidratación leve. Es mejor tomar pequeñas cantidades de líquido frecuentemente (utilizando una cuchara o una jeringa en los bebés y en los niños), en vez de tratar de forzar una gran cantidad de líquido de una sola vez. La ingesta de grandes cantidades de líquido de una sola vez puede producir más vómitos.

Las soluciones de electrolitos o las paletas de helados son muy efectivas y están disponibles en las farmacias. Las bebidas para deportistas contienen mucho azúcar y pueden causar o empeorar la diarrea. Igualmente, evite el uso del agua como primer recurso de reemplazo de líquidos en bebés y niños.

En los casos de deshidratación moderada a grave, puede ser necesaria la hospitalización del paciente y la administración de líquidos intravenosos. El médico intentará determinar y luego tratar la causa de la deshidratación.



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